7.1.11

PROGRAMA DE ADOCTRINAMIENTO PARA EL BUEN CONSUMIDOR

En los momentos que se nos incita a comprar: Regalos de Reyes, rebajas... debemos pararnos a reflexionar sobre lo que nos hace falta y lo que no. El ocio consumista nunca cubrirá nuestras necesidades emocionales, sólo las materiales (eso nunca debemos olvidarlo).

Antes de salir a comprar debemos hacer un listado de lo que nos hace falta, apuntarlo e ir directamente a buscarlo. Nunca ir con hambre, pues compraremos además productos nocivos para nuestra salud (exceso de azúcares y grasas). No llevar mucho dinero encima y siempre hacer un cálculo de gastos y presupuesto.

Cuando estemos comprando debemos detener nuestros impulsos consumistas, ceñirnos al listado marcado en casa y ser realistas, porque puede que acabemos comprando objetos innecesarios que acaban en la basura. Pedir etiquetas y ticket de compra porque podríamos tener problemas después si queremos cambiar el objeto o devolverlo.

Después de comprar, ya en casa, probar los objetos comprados para quedárnoslos o cambiarlos dentro de las fechas que nos marcan. Si algo no nos convence devolverlo.
Si seguimos estas sencillas indicaciones nos evitaremos perder tiempo y dinero.

Os dejo un video que nos hará reflexionar antes de comprar. El consumo es necesario para nuestra sociedad, pero el consumismo es nocivo para el individuo.



Un seguidor del blog, Pavel, nos envía esta reseña, muchas gracias!!!


Este próximo domingo a las 10 de la noche en La2 se emite el documental "Comprar, tirar, comprar", sobre la obsolescencia programada.


"Un artículo que no se estropea es una tragedia para los negocios", podía leerse en una revista estadounidense a finales de los años 20. El capitalismo necesita programar la obsolescencia de los productos para seguir fabricando sin límites. El problema es que el planeta los tiene. Hasta aquí nada nuevo, aunque apenas nadie haga nada para cambiar esta realidad.

La directora Cosima Dannoritzer sí ofrece varias novedades. En su documental "Comprar, tirar, comprar", aporta datos sobre cómo la industria empezó a acordar la caducidad de los productos de consumo desde principios del siglo pasado. En algunos casos, como el de las bombillas, esta práctica llegó a los tribunales. Algo que sucedió recientemente con Apple, cuyas baterías para los Ipod duraban pocos meses a propósito según la abogada que presentó una demanda colectiva que obligó a la compañía a asegurar que durarían 2 años de vida.

El panorama sería deprimente si no fuese porque algunos de sus entrevistados ofrecen alternativas. Desde el ingeniero capaz de repensar toda una fábrica para que los ingredientes usados para producir telas sean nutrientes que imiten la naturaleza (y que está en funcionamiento en Suiza) hasta el ejemplo de Marcos, un informático que no se resigna a que su impresora "muera" por las buenas y acaba descubriendo que contiene un chip programado para que se detenga al alcanzar un número determinado de páginas. Con la ayuda de un internauta ruso, Marcos logrará reprogramar el chip y vencer a todos aquellos servicios técnicos que le aconsejaban tirar la impresora y comprarse una nueva, "porque le va a costar más repararla".

Todos esos residuos van a parar a países del Tercer Mundo, en la mayoría de los casos de forma ilegal. El vertedero de Ghana que Dannoritzer muestra en su filme es desolador. Donde discurría un río precioso y sano hace pocos años, ahora sólo serpentean los cables y las llamas de las fogatas que encienden los niños para quemar los plásticos y quedarse con los metales.

Más: www.publico.es/ciencias/351722/corta-vida-al-producto


Comprar, tirar, comprar



Fuente: http://www.rtve.es/noticias/20110104/productos-consumo-duran-cada-vez-menos/392498.shtml

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